Estamos a la sombra de una era que cae calcinada detrás nuestro, una época de fracaso constante tanto por nuestra decadencia y nuestra apatía, como por un mundo elitista, uno podrido sin razón, ni objetividad, un mundo egoista y egolatra, uno que no necesita sino consumirse hasta a sí mismo para sentir su existencia, uno contagiosos de muerte y autodestrucción, uno por el que nada vale la pena, una vez que el conejillo es contagiado, se muestra la "riqueza" de su ser y su magnificencia, pero eso que contagian es solo una falsa y mezquina apariencia que los hace crear la ilusión sobre una felicidad que nunca ha existido, y cuando son partícipes de una felicidad real la ven solo de lejos partir, pues la capacidad humana da para la comprensión pero su ambición solo corroe.Si sus cuerpos están hambrientos es porque sus almas no han sido saciadas, esa es la prueba máxima del vacío del hombre actual, y entristecidamente marchan en una dirección oscura hacia ese abismo sin dirección del que los fenix vienen de regreso.Pero el amanecer de una nueva época nos convoca y nos hace el llamado a la discordia y a la destrucción de lo que no merece subsistir, entre más pasos da el mundo hacia su nuevo oscurantismo, más pasos debe de dar el fénix hacia la destitución a cualquier costa, ha llegado la hora del motín, y nadie tendrá piedad de sus contrincantes.Despierten hermanos, que la noche está por terminar, si madrugamos tendremos al sol de nuestro lado, y los derrotaremos dormidos
domingo, 31 de agosto de 2008
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