jueves, 19 de marzo de 2009

QUEMEMOS LA ECONOMÍA


¿Qué es el mundo cuando nada se tiene alcanzable o permitido?
El mundo nos ha visto nacer, crecer y nos verá morir, con la misma relevancia con la que nosotros vemos nuestra piel mudarse año tras año, temporada con temporada. Como hojas otoñales, nadie se dará cuenta de nuestro final, e igualmente nadie recordará nuestros esfuerzos...
El mundo es malagradecido, es apático, el mundo no merece nuestro descenlase, nosotros mercemos el suyo. Y con esto, yo no hablo del planeta Tierra, yo planteo el entorno humano social, la civilización.
Veremos a la gente caminar en nuestro alrededor, sin interés, hambrientos, de comida, de sexo, de poder. La gente no tiene intención de conocerse, la gente no tiene intención de analizarse, la gente está ahí para satisfacer las necesidades más básicas, para olvidarse de su verdadera humanidad, de su inteligencia, de su cuestionamiento, pues ¿para qué hacerlo si hay quien lo haga por nosotros? La resignación a la mediocridad, implicando con esto la mecanización social de las personas a verder, comprar y morir, copiar, dejar pasar, asignarse, establecerse, no pensar, aprender, lo ya conocido, no buscar, recibir, no esperar, piratear.
El esfuerzo del hombre ha sido menospreciado por el poderío de piedritas brillantes, más tarde remplazadas por billetes sin valor, pero simbólicamente más caro que todo la capacidad del ser, pues, el dinero lo puede todo, está más allá de mí, más allá de tí, más allá de dios... (como concepto, no como realidad).
¿Qué es el dinero?
Símbolos que nos controlan, maneras de sumisión, y religión sin compromiso. Uno trabaja por dinero, uno ya no trabaja por triunfo, uno ya no trabaja por necesidad, uno ya no trabaja por gusto. Uno vive por el dinero, y a veces parece que ya no solo por el valor asignado a cada uno de esos billetes, uno necesita el dinero aunque nunca vaya a ser cambiado por bienes materiales reales, almacenarlo en lugares inalcanzables, solo para crear el idealismo del poder, de la envidia, y de la omnipotencia, obviamente irreal.

Ejército:

Solo desapareciendo las instituciones monetarias comenzará el cambio radical que nuestra sociedad postutópica necesita. Así que es tiempo de quemar los bancos, rechazar el dinero, de robar, de expropiar, pues si algo necesitamos es para la satisfacción humana, no de cajas, es ahora cuando el fin de la sociedad debe de tener una salida real, o nos tendremos que resignar y morir, pues el dinero no acepta a los anarquistas.

Dinero o muerte
Muerte

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