Las máquinas han deshecho una ciudad con odio y prepotencia, y con esta ola de maldad absoluta de nuestro lado, la inspiración ha realzado la fuerza en los corazones perdidos en la incredibilidad y la derrota. Hay una lección muy importante para la filosofía de las bestias, uno no elige ser un destructor, la destrucción lo elige a uno.
El resplandor que se alza en las alturas es la señal de la gloria de la destrucción y la violencia, eso que tanto adoramos, como deidad absoluta, como santo total para nuestras tropas, ahora estamos listos para el siguiente ataque, y será brutal! Estamos preparados para la aniquilación de los tibios y de nuestros enemigos, pues aunque la lista de rivales se acrecenta, no importa la cantidad de abnegados al poderío del fénix, lo que importa es cuán brillante es el firmamento para los entrópicos, cuan similar lo es a la sangre, pues el tono del fluido es el tono de la fuerza, y la fuerza nos pertenece esta batalla, y nadie no las podrá arrebatar, ni siquiera nuestra decadencia misma.
Nuevos días se avesiman certeros para nuestras tropas, hay señales de fuego en el firmamento. Alzad los brazos, y destruid a vuestros enemigos, que ya nada nos detiene...
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