MANIFIESTO DEVILSTONIANO

MANIFIESTO DEVILSTONIANO

El mundo ha decidido por sí mismo la mediocridad y la resignación como más grande error. La gente, inundada de la basura mediática, ha sido totalmente domada y adiestrada. Primeramente se suponía un control de mala gana, un esclavismo convencional, sin embargo, las medidas de control de nuestro siglo XXI van más allá de las cadenas y las prisiones como en otras tantas épocas existieron: Tangibles.
El ser es prisionero de su propia vanidad, el metrosexualismo y las prácticas falsas hedonistas, de un mundo en el que no importa ser degradado a cambio de monedas, donde el hambre ya no es el principal camino del hombre, sino solo su capricho de imitar a los estereotipos mediáticamente impuestos para generar cadenas mercantiles primeramente, y después, medios de aprisionamiento tan irreales que nadie está dispuesto a comprender.
La depresión de la mayoría se compensa con irresponsabilidades y falta de interés por el objetivo real, el primero, así que desvía cualquier cometido a los que por lo menos tienen un medio para llegarles, y así cualquier manera idealista se deshecha y se adopta de inmediato alguno de los pocos caminos que se dejan “libres” para seleccionar.
En este manifiesto devilstoniano declaramos primeramente inconformidad contra la conformidad, denegamos completamente cualquier medio de control e ideología, pues si alguna vez alguna sirvió para la mejoría de los pueblos, ahora solo se usa como estrategia mercadotécnica que solo humilla los pensamientos originales de sus constructores.
Establecemos el caos como el primer y único camino a la renovación y la restitución de la conciencia real. Pues si los medios han resultado pretextos para los estereotipos y la mediocridad, solo sirve el fin, y este sigue siendo el mismo: Justicia, dignidad y humanidad.
Basados en los procesos comunes del fuego, donde solo a través de la completa destrucción existe el renacimiento, nos paramos con la consigna de eliminar de lleno el problema para dar inicio a una época totalmente nueva donde no exista ningún grado de corrupción, no exista la distinción de ninguna de las razas humanas, exista una conciencia progresista, libre de pensamiento, libre de actuación, ausente de gobernantes, pues son estos las que se corrompen por medio del poder, y son los que comienzan las cadenas interminables de nuevas entradas para la deformación de las verdades universales inamovibles:

El ser nace libre e inteligente, el ser merece dignidad y justicia, ningún ser humano es mayor y menor a otro ser humano, las cualidades constructoras y conquistadoras del hombre deben de servir para el enaltecimiento de la raza humana en general y no debe de haber ningún freno.

Manifestamos disgusto actual y añoranza por un mañana mejor sin rastros de la mediocridad y mezquindad de nuestros días.

Caos para conseguir renovación.

DEVILSTONE