OLLA EXPRESS

El relojero apunta a que ya no queda mucho tiempo para el tan comentado (ahora) estallido social, la tensión es inevitable, por más partidos de football ganados, la gente no soportará la ola de mierda que el gobierno cínicamente le está avisando que le echará encima. La revolución y el levantamiento son inevitables, y ni la más grande y déspota de las resoluciones podrá hacerle frente a la explosión que esta bomba de tiempo llevará a cabo.
No hay símil más indicado que el de una olla express, donde, cuando el cocinero sabe que la presión aumenta, debe de bajar la llama que calienta, o de lo contrario, la bálbula saldrá volando, y todo quedará hecho un desastre. Ese es el México actual, nunca tan caliente, nunca antes tan al borde de la autodestrucción.
Y es triste porque si nadie tiene el valor de hacer algo, el caos será desatado sin restricción ni medidas para un porvenir asegurado, lo que vendría sería simplemente la destrucción y aniquilación del enemigo, y del pueblo entre las patas.
No por nada los actos del viernes acontecidos en el metro Balderas, no son sino una muestra de la locura que la desesperación conlleva, una locura vacía, un llanto explosivo cuyo consuelo jamás será encontrado, una tristeza comparable con la caída de un edificio, con el de un balazo en la cara.
Es indispenable para que el caos tenga los resultados, que Devilstone propone, que se organize a los caóticos y que se crée una conciencia colectiva, un orden para el desatamiento del caos, y sobre todo se requiere de un valor y una desición como a ninguno antes le había tocado demostrar. Pues si nadie hace nada y el caos sigue apareciendo sin restricción o inteligencia alguna, la eliminación que el gobierno calderonista tanto nos ha restregado en la cara, será lo que será inevitable.

Hoy México no es el ombligo de la luna, se balancea peligrosamente a la orilla del Popocatepetl.


http://www.youtube.com/watch?v=fajhMEx3940