Estos días la noticia de que se construyó un bunker calderonista cuya función es el de una agencia de inteligancia para la policía mexicana, iba acompañada de otra que avisa la creación de escuelas de inteligencia en San Luis Potosí.
¿A qué huele este nuevo acto calderonista?
El olor a revolución y caos sigue inundando el aire, como nunca antes había existido; cada vez son más los semejantes a la liga de la discordia, que aún así no consiguen la convergencia, debido a la desinformación, debido a la apatía, pero al final de todos los links y palabras, ninguno está de acuerdo con el gobierno que tenemos.
Debido al grado de ira y atentados a lo largo de la nación, se han dado a la tarea de la constitución de un bunker para proteger a Fecal de todos los que lo buscan, pues recordemos que no solo el pueblo lo detesta, sino que en su guerra contra el narcotráfico, se ha hecho de poderosos y peligrosísimos enemigos delincuentes, los cuales seguro buscan también su asesinato.
De lo de San Luis Potosí, convinado con la noticia del búnker, se resume en un comercial donde todos los "policías" del anuncio parecen extractos de escenas de Men in Black, e invitan a volver a varios tontetes la versión pirata mexicana de Jamesitos Bond, estos jamesitos tienen como objetivo ser el símil perfecto de las juventudes hitlerianas, el ejército perfecto en contra de los libres.
Ya han intervenido nuestros celulares, ya no hay libertad de expresión, sus tropas están listas, nos han declarado la guerra, y nuestra gente sigue durmiendo.
¿Qué hace falta para la gran rebelión final?
El nacimiento de una nación nueva está por definirse.
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