miércoles, 18 de noviembre de 2009

EL PROGRESISTA


¿Quién dice que el mexicano es un pendejo huevón y no tiene posibilidades de un progreso real, algo que lo destaque en la historia (que no sea el tequila o Speedy González)?
La cultura mexicana sí se ha conformado con la imágen norteamericana del tiempo de Pancho Villa, la cual después se "achiló" con las mascotas de los mundiales de football, pasando por la imágen pocha en Estados Unidos, y concluir en el libetinaje que se les permite a los extranjeros en los spring break, solo por ser extranjeros; y no es caso ajeno a las historias devilstonianas, puesto que hasta al General Blackchiri, durante su largo viaje de meditación, al pasar por Cancún se le discriminó solo por no ser extranjero, imaginen: un mexicano discriminado en México por ser mexicano...
La política gubernamental jamás ha servido para avivar el imaginario mexicano en el mundo, no por nada los australianos hacen humillantes parodias de nuestra cultura en sus programas de concursos; y lo más que ha aparecido de manera de gran soporte gubernamental para la "cultura" inovadora (sin mencionar la época de los muralista y de José Vasconcelos), ha sido la miserable vulgaridad que fue el cine de ficheras. Pónganse a ver y es lo más relevante a manera de inversión para la inovación mexicana, no por nada alguna vez Breton dijo que el surrealismo mismo era México.
Después de eso, no ha habido un levantamiento relevante, y de ahí nos fuímos para abajo, mejor países como Chile, Perú y Costa Rica reavivaron sus prescencias a escala de manera admirable, no mencionando a la par a Argentina, Brazil y Venezuela (que pese a todo (pros y contras) destaca (por lo menos más que México)). Y seguimos caída abajo, con el letrero en la frente de "Mexicano Idiota", conformandonos con la mediocridad y el servilismo, enfatizando la vergonzoza realidad de que pese a que lo sabemos nadie hará nada: Que los políticos se enriquescan, que para eso trabajan, y fin, evitaremos un rato la muerte, y luego seremos olvido.
Esa es la visible mentalidad del mexicano.

Estos días, el norteamericano de padres mexicanos, que en ningún momento niega su herencia mexicana, José Hernández Moreno, viajero espacial, orgullosamente latino, ha venido a dar conferencias y hacer actos de prescencia en nuestra caricatura de país, visitar Michoacán, y echarse unos tacos con Fecal.
Obviamente su visita es más que comentada en todo tipo de medios, y ¿cómo no? si él podría ser la prueba viviente de que el mexicano solo está en un periodo de hibernación, de hueva y de apatía, de depresión. Hernández viene a hablar de la posibilidad de la inserción de México a proyectos espaciales a la par de la NASA, como lo han hecho países como Brazil; participando desde la investigación hasta la construcción de plataformas de despegue.
Habiendo crecido como campesino, el hombre es un destacante ejemplo de progreso, un rollmodel para que el mexicano se de cuenta de la perdida de vida que su apatía y desolación significa. El Progresista José Hernández podría ser el mexicano del año, solamente por demostrar que si México se está yendo a la mierda, es por que el resto de los mexicanos está más interesado en que los tacos de la esquina no suban de precios, que la selección pase al mundial y el rating de Michael Jackson en su cinta This is it.

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