DIÁSPORA HAITIANA

Diáspora del siglo XXI.

La conquista continúa...

Luego de que las tropas de marines norteamericanas decretaran de que ya ningún periodista a menos que las tropas de enviados por las grandes televisoras de su país, algunas televisoras mexicanas tuvieron que buscar refugio en casa no destruidas, restaurantes, entre otras; La prohibición de periodistas en ese país en gringolización torna el panorama todavía aún más hostil.
La situación ya es vista por los haitianos, quienes se están percatando de que el país está por convertirse en otra estrella más en Estados Unidos, y entre el conocimiento de que en su debilidad de no poder defender su patria, de no tener alternativa ente los conquistadores gringos, el país mejor debe ser abandonado y las vida se vuelve lo que debe de seguir. Adios Haití, hola porvenir desconocido.

Se ha mandado alerta a las costas americanas tras el inicio de la diáspora, se avisa a las costas caribeñas que es conveniente estar con los ojos abieros a la ola de haitianos indocumentados que arriven a las costas del continente.

¿Qué se puede hacer como mexicano?

Ser tolerantes, abrir las puertas al hermano viajero herido, darles la oportunidad de volverse mexicanos, recibirlos con albergues, comida, y el apoyo moral para la obtención de un trabajo digno y el inicio de un nuevo camino de vida.
Si acaso los haitianos llegasen a arrivar a las playas mexicanas, las autoridades tendrían la obligación de apoyarles tan solo con la nacionalización y el suministro de víveres en lo que se establecen como nuevos residentes de México.

La moda y Haití

Y ahora en la moda de Madonna, varias familias mexicanas, al día, pasan por la embajada de Haití con el requisito de adoptar niños huérfanos haitianos.
No sé si es la mejor opción adoptar por cuestión de moda, sin embargo, dadas las circunstancias, parece la menor de las calamidades; y por esos niños que cumplirán el sueño fashion paternal de algunas familias, solo podemos desearles buen viaje de vida.

Ahora la tarea de México es TOLERANCIA.

Y todo en el hoyo de discriminación con respecto a la homosexualidad que ahora vivimos en el ombligo de la luna.