Me dirijo hacia la tierra que me vió nacer como odiante. Como a ese hijo que tuvieron para cubrir el espacio visible de sus heridas. Otro festejo pasará, y la idiotez que la ignorancia provoca trae satisfacción por algo que no se siente. El pretexto de festejar una libertad que a uno no le importa se me hace falso, y si acaso la celebración fuese sincera, se está festejando una libertad que ya no se posee.
México está hundiendose en el pantano, en arenas movedizas, y ya no hay manera de rescatarlo. Se dice que en estas arenas entre más se pelea más se sumerge, bien, tanta fiesta y tanto desinterés nos ha hecho caer hasta llegar al punto de la no salida...
¿México tiene solución?
Por supuesto que no. Todo se ha perdido: Guiados por miserables políticos carroñeros, y acompañado de cachorros que se emocionan por croquetas que el amo les manda con indiferencia, no existe ya una solución.
La salida ha sido ignorada, y el hundimiento será evidente. Si acaso la tierra bella que el país es quisiese ser rescatado, debería desearlo de verdad y darse cuenta de su miseria, y no festejar por algo que ya se ha perdido.
Patria y libertad? Eso ya no existe, solo existimos nosotros...
Y que viva México cabrones, que si el lodo no nos asfixia seguro lo haremos entre nosotros
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