domingo, 23 de agosto de 2009
LA ANTIPATÍA
Tal como últimamente lo ha dicho mi madre, amé tanto a este país, que duele saber que está hecho una mierda...
Ha llegado la última de las horas, ya lo he mencionado, ya no creo en la tolerancia, ya no creo en el perdón, solo creo que si no se hace algo ahora mismo, no será jamás. De cualquier forma, no estamos seguros la meyoría de nosotros donde estaremos mañana, no sabemos si tendremos uno...
La entrada de hoy es triste y dura, pero es mejor la crítica constructiva que la hipocrecía en cualquiera de las presentaciones que a usted, lector, se le ocurra.
Así como antes me solidarizé en el odio y el resentimiento que creo, todo el pueblo de México siente por el conjuto de bodegas que Carstens representa físicamente, hoy criticaré al pueblo de México como lo merece.
Y bien dice también el dicho Cada pueblo tiene el gobierno que se merece.
Pareciese que una ola en llamas los estuviese arrastrando por nopales, ensangrentando sus orgullos, destruyendo todo lo que como patria representan, burlandose de ustedes en su cara, el cinísmo ya no es un acto sutil y de doble mirada, ya no existe la doble moral, pues en su falta de acción, el mexicano no es tonto, es antipatico, resignado y huevón, el mexicano deja que todo lo que el sabe bueno sea robado y violado frente a su cara, solo porque no quiere problemas mayores. El mexicano no es pacifista, es cobarde, no por nada somos el país más violento del mundo, y es en este estado de "paz" cuando peor calan las heridas, pues hay paz para el que la compra, los derechos de todos le pertencen a los de arriba, son solamente los grandes personajes creados por medio de robos y ultrajes, herencias y legados europeos los que han podido ver al México que tenemos, bien...
No existe el México bien, solo que la conveniente memoria de corto plazo del mexicano, ayuda que toda esta jauría de chacales hagan lo que se les antoje cuanto se les antoje. Y peor que eso, es saberlo y no hacer ni decir nada.
Marcha de paz, operativos antinarco, vigilancia en las escuelas, más vigilancia en las calles, campañas electorales más caras, spots más conmovedores, programas de tv más tontos, partidos de football ganados... Nadie cree, nadie si quiera cree en la influenza, se le llama el nuevo chupacabras, entrenimiento mientras todo pasa, y lo sabemos, lo saben hasta a los que no les interesa la patria, hasta los que no han sido victimas o victimarios, hasta los niños. Nadie cree en esa gran patria que se dice que habrá para festejar 200 años de libertad.
Libertad. Me cago de risa de esa libertad.
No somos libres, somos escalvos de los medios manipuladores manipulados a conveniencia de unos cuantos, y nosotros, los mayorías, no hacemos nada. ¿Qué mejor ahora para dejar de ser estos estúpidos animales de rebaño que solo sonríen?
En medio de esta terrible antipatía y cobardía que caracterizan al mexicano, se encuentra esa necesidad malinchista de agrado al poder, esa interminable y petetica esperanza religiosa y casi religiosa que a todos nos ha cegado.
El mexicano se dice chingón, se dicen los más machos, los más desmadrosos, y eso es todo, el mundo nos ve como vaqueros del sur llenos de mugre, como secuestradores, como vale madres. Y ¿Porqué valemadres? Porque no nos interesa ni nuestro bienestar... Dicen que sí, bueno, a ese grupo de señoras chillonas que se quejan de todo, se les considera la raza femenina a la que el futurista Marinetti odiaba tanto: Estorbos sexuales sin cerebro. Al resto de las mujeres, ciudadanas con la misma responsabilidad que cualquier ciudadano varón, el resto del país clama por su despertar. Pues tampoco, el sexo masculino se caracteriza por valioso, pues entre tanta escoria cool que nos rodea.
tanto hombres como mujeres crecen en un ambiente triste y brainwasher, ya sea en un nivel socioeconómico bueno o malo. El rico crece para heredar el imperio y el poder del padre o madre rica, el pobre crece para parecerse a los que salen en canal 2, en esta época: a Belinda pseudo artista pero bien arregladita, ah, pero samurai (como todo buen mexicano aventurero ¿no?), o la pendejada de patito feo, soñando con el anhelo de que en medio de tanta fealdad, nazca el cisne que tod@s llevan dentro. En la adolescencia, Mtv y E Enterteinment se encargan de difundir las riquezas de los famosos norteamericanos, obligando a las mayorías a hacer versiones tercermundistas (por lo menos en sueños y metas) de Jennifer Aniston y Brad Pitt, de tener los carros más chingones y las vacaciones más en onda cada año como en HSM (cualquiera de las 3), pero llevada la etapa adulta, se dan cuenta de que para conseguir eso en un país donde ya todo el dinero fue repartido, se tiene que pelear por las sobras o morir, bueno, no morir, pero si resignarse a no ser cool. Es aquí donde entra esa antipatía de la que hablo, y es la de darse cuenta de que ya no hay sino migajas de todo; Llegada la edad adulta, somos parte del circulo de delincuencia tanto civil como política en la que nuestro país está sumergida, pero si alguien dice algo, perderá toda oportunidad pequeña para cumplir su sueño de ser Angelina Jolie, y eso sería la verdadera perdición. Antipatía de hacer nada para detener a esas escorias que controlan el país simplemente diciendo:
NO
Pero es algo imposible ¿no?
¿Qué no ven que hay algo más allá de esas paredes rosas que ni suyas son realmente? ¿qué no ven la imágen mundial que el mundo recibe de México? Si ningún alto poder aquí nos quiere ayudar, si en todo (cultura, tecnología, forma de ser) somos la versión pirata de otros, si este año basicamente todos los países nos discriminaron, de una u otra forma, talvez lo hacen porque ni siuiera nosotros mismos tenemos fé en decir "México".
No se siente nada, es vacío; pero es vacío porque lo hemos conceptualizado como tal. Es tiempo de despertar y aprender a olvidar sentir entipatía para todo, creer en sueños más certeros, más posibles, pues antes que ser solo un mal imitador de los gringos, esta ser mexicanos.
Despierten porque simpre la unión y la identidad serán los verdaderos móviles de la insurreción.
Ya es tiempo. No somos uno, somos la mayoría.
Ellos no son México, somos nosotros.
Hágamos algo.
México debe despertar!
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