lunes, 15 de junio de 2009
ENAJENADOS Y NUEVOS ANULANTES
Citando al señor Erich Fromm, en su libro El Hombre en la Sociedad Capitalista, en el capítulo sobre la sociedad del siglo XX:
"Entendemos por enajenación un modo de experiencia en que la persona se siente a sí misma como un extraño. Podría decirse que ha sido enajenado de sí mismo. No se siente a sí mismo como centro de su mundo, como creador de sus propios actos, sino que sus actos y las consecuencias de ellos se han convertido en amos suyos, a los cuales obedece y a los cuales quizás hasta adora.
La persona enajenada no tiene contacto consigo misma, lo mismo que no lo tiene con ninguna otra persona. Él, como todos los demás, se siente como se sienten las cosas, con los sentidos y con el sentido común, pero al mismo tiempo sin relacionarse productivamente consigo mismo y con el mundo exterior.
El sentido antiguo en que se usó la palabra enajenación significa tanto como locura: aliéné en francés y alienado en español, son viejas palabras que designan al psicótico, a la persona total y absolutamente desequilibrada. Todavía se usa en inglés la palabra alienist para designar al médico que trata a los locos.
En el siglo pasado usaron la palabra enajenación o alienación Hegel y Marx con referencia no a un estado de locura, sino a una forma menos pronunciada de autoenajenación, que permite a la persona razonable en cuestiones prácticas, pero que constituye uno de los defectos más graves socialmente moldeados. En el sistema de Marx llámase enajenación al estado del hombre en que sus propios actos se convierten para él en una fuerza extraña, situada sobre él y contra él, en vez de ser gobernada por él.
Pero si bien el uso de la palabra enajenación en este sentido general es reciente, el concepto es mucho más antiguo; es el mismo al que se referían los profetas en el Antiguo Testamento con el nombre de idolatría. Nos ayudará a comprender mejor la enajenación si empezamos a estudiar el significado de idolatría"
El motivo de la referencia se debe a una respuesta durante la Siguiente Campaña, de un antiguo aliado, que ahora es más aliado de Dios que de la razón.
En una serie de cartas que se llevaron a cabo durante la publicación de Las Siete Pestes, defendí la anulación del voto, y el ejercicio de la anarquía, determinando esta última como "La facultad del humano de ejercer su libertad inteligentemente sin la necesidad de líderes o guías". A lo que respondió con la defensa de que mis argumentos eran sin sentido y borregos.
Así, al mostrarse enajenado por religiones y partidos políticos, me dirigió a la búsqueda de porqués y de lógicas adoc con las cartas, las respuestas y las entradas.
Definiré a partir de ahora como enejenados (luego de la basta explicación frommiana)a los verdaderos borregos, a esos conejillos de indias que temen a su libertad misma, a aquellos que no creen tener la capacidad de vivir sin reglamentaciones para el buen uso de la razón inteligente.
Lamentablemente, y pese a la nueva ola de rebelión fashion, donde la libertad se vuelve mezquina y falsa, la enajenación gobierna en las mentes de los oprimidos, demostrándoles a estos que sufren un extraño caso nacional de síndrome de Estocolmo, siendo secuestrados por propagandas mentirosas por los medios de comunicación y los discursos y manifiestos políticos, donde el amor por su opresor sobresale ante la necesidad de su individualidad absoluto para la concretización de la libertad personal, sin perjudicar al de al lado.
Y paralelamente con este ataque de enajenados vivientes, tras haber visto que los susurros de libres, anarquistas y revolucionarios claman por el rechazo al voto, a la falsa democracía, hemos encontrado a nuevos anulantes, nuevos luchadores de la libertad, autodenominados como Mexicanos al grito de guerra, llevan un movimiento paralelo al del Imperio del Fénix en los diarios de la entropía.
Esperemos que se cree una alianza declarada por todos los libres alrededor del país...
http://union-libertad.blogspot.com/
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